Pozo San Luis

Horario

Viernes 4 a domingo 6 de octubre: 10:30 a 19:00h
Lunes 7 a Viernes 11 de octubre: 09:00h a 14:00h

Emplazamiento
Pozo San Luis
Instalación
Audioguías

La actividad minera en el valle del Samuño comienza a mediados del siglo XIX de la mano de empresas de pequeño tamaño y capital mayoritariamente extranjero. Las dificultades para dar salida a la producción hacia el valle principal lastran la viabilidad de estas sociedades hasta la apertura en 1896 del ramal de Sama a Samuño del Ferrocarril de Langreo.
La sociedad Carbones de La Nueva se constituyó en París en marzo de 1901 con el objetivo de explotar un grupo de concesiones mineras del valle que habían pertenecido en origen a la Sociedad Beltrán de Lis y Cía. (Sociedad de San Pablo) fundada en 1845.

En 1915 la Real Compañía Asturiana de Minas adquiere Carbones de la Nueva y plantea un cambio en el sistema de extracción que incluía la profundización de un pozo vertical y el abandono progresivo de las minas de montaña. Para la instalación de ese moderno campo de explotación se eligió un espacio de cierta amplitud en el tramo medio del valle que se agrandó con la derivación del río Samuño y se rellenó e igualó con los estériles de la profundización. Se consiguió así una amplia plaza alrededor de la cual se organizaron las construcciones e instalaciones necesarias, presidida por el conjunto formado por la casa de máquinas y el castillete.

El edificio que se concluirá en 1930 estaba formado en un principio por dos volúmenes, el destinado a albergar los compresores y otro de mayor altura orientado al castillete en el que quedará instalada la máquina de extracción. Poco tiempo después, se añadirá un segundo cuerpo lateral, asociado al proyecto de profundización de un nuevo pozo que finalmente no se completó. El resultado es uno de los edificios más singulares de la minería asturiana, en el que queda patente la voluntad de estilo de la empresa.

La Real Compañía, con su arquitecto Tomás Acha Zulaica, utiliza en su diseño un repertorio decorativo poco habitual en este tipo de edificaciones pero reconocible en buena parte de la actividad constructiva de la sociedad. Destacan los frontones escalonados rematando los muros exentos de los cuerpos laterales y el acceso principal, en clara referencia a la arquitectura belga, muy del gusto de la Real Compañía. Las fachadas se ordenan verticalmente mediante pilastras de orden gigante coronadas con pináculos de zinc y se calan con grandes vanos que aportan una gran luminosidad al espacio interior.

El resto de edificios de la plaza son los destinados a lampistería, casa de aseos, oficinas y talleres. En la parte posterior del edificio principal se conserva, de la primitiva mina de montaña, el socavón Isabel. Se trata de una bocamina de 1904 en la que se combina el ladrillo macizo con la sillería.

En 1968 Carbones de La Nueva se integra en Hunosa, cesando la actividad extractiva en el pozo que pasará a ser auxiliar del vecino Samuño. En la actualidad sus instalaciones forman parte del Ecomuseo Minero Valle de Samuño.